miércoles, 9 de octubre de 2013

Los versos cayeron en el mar

Era tu voz otra vez lo que yo sentía.
En mi isla frágil, donde la aurora se viste de lluvia,
donde baila el solsticio de verano.
Tu voz, tu misma voz única, 
que siempre se acercaba doblegándome el alma,
súbitamente estremecida.
La noche se puebla de estrellas,
de palabras y aguas remotas,
que esperan donde comienza el alba.
Sobre el silencio caen heridas mis palabras.
En su descenso mudo yo pronuncio, mar, olvido, muerte.
Como un chasquido caliente,
responde tu nombre con sabor a niebla.
Y los versos cayeron en el mar, 
como en los pastos el rocío.
Sentir tus noches inmensas,
ligeras y suaves,
como cataratas que fueron un día.

Eva Ramona Martínez Martínez


No hay comentarios:

Publicar un comentario